Luego que el presidente decretara cuarentena nacional, nadie
más podía salir de sus casas, más que para ir a comprar a los negocios del
barrio y hacer las compras indispensables.
Al principio nadie acató las órdenes y la gente se reunían
en las veredas a tomar mates, niños jugaban al fútbol y en algunos puntos del
conurbano, civiles tiraban cascotes a los móviles policiales que pedían por
favor que se quedaran en sus casas.
Las iglesias evangélicas abrían sus puertas de par en par y
las juntadas sociales ahora eran privadas, y no había forma de saber si había
gente infectada con el virus. En las redes sociales la gente pateaba el papel
higiénico y se retaban a subir fotos de cuando eran pequeños.
Las cosas cada vez se
ponían peor y un sujeto que vivía en el sur del Gran Buenos Aires emergía, no
sabía que más hacer para llamar la atención en sus redes sociales. Al principio
tomaba la cuarentena con humor, luego sintió que tenía un rol importante en
cuánto a proteger a sus seguidores.
Lo que realmente quería era llenarse de seguidores y bailar,
amaba ir a sociales, ponerse las plumas –era bailarín de comparsa- y se
masturbaría pensando en ser famoso y triunfar como influencer.
Su ambición por ganar más seguidores lo llevó a avergonzarse
cada vez más y más y fue así como su perversión mental crecía de la misma forma
que el coronavirus. Ese día Argentina decretó Estado de sitio y ya no se podía
salir del domicilio después de las 20.
No vamos a decir el nombre del “instagramer” para su
protección pero, una idea empezó a darle vuelta en la cabeza. Quería hacer un
diario de su cuarentena para captar más seguidores de una forma poco
convencional.
El se comunicaba con sus seguidores (500) a través de las
historias y empezó el día 1.
(…) Cuarentena día 1: Estimados seguidores tomé la decisión,
luego de meditar y visualizar que no hay una solución posible ante esta
pandemia y voy a quitarme la vida en vivo cuando finalice el estado de sitio, por
todos ustedes, para que me recuerden como fui, un héroe que salvó al mundo
desde este espacio de Instagram y que siempre estuvo en contra de los milicos
en la calle.
Cuarentena día 2: Hola seguidores, hoy voy a hacer una
encuesta y ustedes podrán elegir la forma que quieren que me suicide. Abro encuesta:
Op 1 Balazo en la cabeza Op 2 Me ahorco al ventilador. Op 3 Me ahogo en la
bañera.
Cuarentena día 3: Cerró la votación mis amigos y seguidores
de toda la vida, primero que nada quiero agradecerles por haber participado en
esta decisión difícil, que decidí tomar y veo que hay un empate entre volarme
la cabeza y ahorcarme. Lo voy a pensar mejor y ya les comunicaré como sigue
esto.
Cuarentena día 4: Buenas tardes seguidores, empiezo a
disfrutar mis últimos 8 días que me quedan, y creo que lo mejor va ser empezar
a armar mi testamento para todos ustedes, no tengo muchas cosas, pero las voy a
sortear por Instagram. Lo que tienen que hacer es seguirme y si suben a sus
historias duplican chances.
Cuarentena día 5: Gracias a todos los que participaron en el
sorteo, ya les haré llegar mis pertenencias antes de que me saque la vida. Hoy
me levanté con muchas ganas de hacer una actuación, a pedido de mis
seguidores. *Hace una interpretación en
primer plano en idioma neutro y un dramatismo nunca antes visto*
Cuarentena día 6: Buenos días a mis seguidores, me quedan
pocas provisiones y no voy a salir a comprar porque yo #MEQUEDOENCASA les voy a
mostrar cómo se puede sobrevivir comiendo insectos y animales sin moverte de tu
casa.
Cuarentena día 7: Buenas tardes amigazos, hoy es la primer
semana de cuarentena y son los últimos 5 días míos, ya conseguí la soga y las
balas para mi revolver calibre 38. Sé que tengo que tomar una decisión urgente y
aun no me decido. *Se le llenaban los ojos de lágrimas*
Cuarentena día 8: Hola gente, empiezan a amenazar con que se
puede caer internet pero me niego a pensar que pase eso, quieren desestabilizar
el orden social, y hablando de social tengo ganas de ir a un social. Si alguno
sabe de uno por favor avíseme por privado. Gracias
Cuarentena día 9: Luego de hablar con las estrellas que me
iluminan el camino, y decirles que en 3 días me reuniré con ellos, les quiero
comunicar que elegí la soga para partir de este mundo y trasmitir el momento en
el que parto al cielo, me alegro de que me sigan en Instagram, es lo mejor que
les pude haber pasado.
Cuarentena día 10: No hubo conexión a internet.
Cuarentena día 11: Estoy re caliente, cómo puede ser que
estos hijos de mil putas que cobran fortunas todos los meses, encima nos dan un
servicio de mierda *empezó a patear todas las cosas que estaban a su alcance,
pero que no eran muchas* Mañana es mi último día y estoy feliz que ahora sean
mil mis seguidores. Los amo, visualicen por mí. (…)
Así fue que llegó al último día de su cuarentena y empezó a
preparar, toda la escenografía, ese día se levantó a las 6 AM, le hizo un doble
nudo a la soga, y la agarro del ventilador del techo que tenía en su casa. Puso
la silla justo debajo del ventilador. El trípode en la mesa, abrió el Instagram
y empezó a trasmitir en vivo.
“Cuarentena día 12: Buenos
días mis fieles seguidores llegamos al final del camino” Se corta la
transmisión y vuelve a reanudarse “Cómo les decía espero que hayan disfrutado
todo lo que hice por ustedes, este es mi mejor homenaje que puedo hacerles, acá
voy”
Nunca supimos que pasó con el influencer de zona sur, nunca
más lo vimos porque es el día de hoy que el mundo está sin internet, colapsaron
todos los servidores y sólo nos queda ver la tv abierta y leer los diarios. Lo
que sí sabemos es que en el momento que se subió a la silla se había hecho pis encima
pero aun no se había puesto la soga.
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